Foto: Volcán Iztaccíhuatl
Por Jorge Sáenz
¿En qué lejanía nos encontramos al dormir? ¿Dónde estás cuando acostado, tus ojos acarician otras distancias? Te acaricio el cabello revuelto, encuentro en la tibieza de tus mejillas el riego constante del fluido de vida. Nunca la vida parece más ajena, en pausa, reconociéndose a sí misma en los sueños. Imagino que en ese limbo entre verdad y mentira se encuentra la certeza que en medio de la oscuridad hay una sustancia perenne de la que está hecho todo lo real.
¿En qué lejanía nos encontramos al dormir? Supongo que en la misma que habitamos cuando abrimos los ojos, pero en su inverso. Los negativos de las fotografías no son parte de una realidad intrusa, sino distinta. Quien sueña a colores se confunde. Los sueños son blancos, son negros, son la negación de las cosas. Cuando duermes no me ves con los ojos, sino sin ellos, aparezco (quizás) como la representación que yo formo para ti, igual sucede con los sonidos, o las caricias en el tacto. Escuchas y sientes solo los vestigios de un mundo gobernado por seres sensitivos. Del otro lado tal vez, somos los recuerdos de lo que fuimos. Y en aquello que duermes ya soy memoria. Dormir es morir como alegoría, como aquella mente colectiva que nos recuerda y nos deja de ver para solo esclarecerse con los ojos cerrados.
¿En qué lejanía nos encontramos al dormir? Es un asunto de percepciones, como aquella teoría que arroja el resultado de poder estar en varios sitios al mismo tiempo, igual que los protones y electrones. Lo que mantiene la unicidad fuera del microcosmos cuántico es la gravedad, ¿la conciencia pesa al dormir? ¿O Flota? ¿Obedece a las leyes físicas? ¿Dónde estamos cuando soñamos, cuando imaginamos, cuando escribimos o al leer? No es verdad que en todos lados y en ninguno de ellos. ¿No es la muerte igual que el sueño, la liberación de cualquier estado gravitacional? Te veo dormir y supongo que es imposible asirte bajo mis rígidas leyes físicas sin despertarte.
¿En qué lejanía nos encontramos al dormir? No lo sé. Me acerco a tu oído, susurro la pregunta. Escuchas mis palabras, o escuchas el recuerdo de mis palabras, como un agujero negro ontológico por donde la voz de un lado que la atraviesa se vuelve ecos de alguna civilización pasada. Y por sobre los milenios, las dimensiones y universos, sus vidas y sus muertes, mi voz te alcanza.
Abres los ojos y sonríes.
Todo el tiempo lo supe, siempre estuviste aquí conmigo, aún cuando no estabas.
Jorge Sáenz (McAllen, TX) es egresado de la Universidad de Texas de Austin en las licenciaturas de Economía y Literatura Hispanoamericana. Ha publicado en varias revistas como Punto de partida y Latino Book Review. Desde el 2016 co-dirige el blog literario Fragmentario. Actualmente cursa su maestría en escritura creativa en la Universidad de Texas UTRGV mientras trabaja en su primer novela.
Muy bonito e inspirador amigo. Mucho éxito y avisame cuando salga tu libro👌🏻
Leerte es encontrar entre líneas las respuestas
De la pregunta. Y digo respuestas pues en cada fragmento desmenuzas con sigilo muy apenas rozando las palabras que se vuelven recuadros de propuestas pintadas. Esas tus respuestas a tu pregunta. Gracias por llevarnos a los rincones obscuras de la inconsciencia y darles luz a esta existencia.
Hermosos el texto y la fotografía!
Felicidades Jorge, un placer conocerte en el Encuentro de Escritores ” Voces en la Frontera” me gusta como escribes, llegarás muy lejos.
Un abrazo.