Escrito por : Xavier Farfán Ramírez
Introducción :
Nuestro cuerpo tiene ladrillos de carne y hueso llamadas “células”, pero hay unas en particular llamadas “células inmunológicas ” que van a ser la base de nuestra historia … pero antes te quiero hacer una pregunta , ¿sabes qué pasa cuando te enfermas de COVID?
Capítulo 1 : La flor en primavera
Un día como cualquiera, desperté sin saber quién era o por qué estaba ahí, ni mucho menos cuál era mi función, me encontraba en algo llamado “la médula ósea” junto con muchos hermanos, era pequeño, redondo y de color blanco, muy guapo por cierto,decidí llamarme globiblanki, muy original mi nombre.
¡De repente! …ffffff !!!!! ffffffffff!!!!!! fffffffff!!!. Estaba siendo arrastrado por un inmenso río de color rojo, llamado torrente sanguíneo, que nunca paraba siempre estaba en movimiento en un tubo rojo infinito, no estaba solo, había otros iguales a mí, pero de color rojo, casi no hablaban, estaban ocupados trabajando cargando algo en su interior, solo uno me dijo, -cuídanos bien, sin enteder lo que me decía seguí adelante.
Me pasé dos horas dando vueltas y vueltas, de repente y sin parar, vi a otros acompañantes que nunca había visto, mis hermanos mayores les decían “los patrones de la inflamación”, pero, realmente se hacían llamar “los mediadores”.
Así que fui a investigar que pasaba, cuando inesperadamente los mediadores me dieron intrucciones de ir a una ubicación, no sabía ni cómo, ni por qué, pero entedía las indicaciones en el código que me decían. Así fue cómo, junto con mis hermanos, encontramos una rasgadura con un agujero en la pared, me di cuenta que antes de mi habían llegado unas señoras, increiblemente todos las dejaban pasar hasta adelante, escuché su nombre, les decían “Las señoras trombo”, ellas preferían que las llamarámos “Doñas Plaquetas”, se estaban amontonando en el agujero, lo estaban cerrando.
De pronto, por el agujero entraron unas cosas de color verde, eran repulsivas, viscosas, desagradables, más pequeñas que yo, empezaron a decir -cámara ya valieron, me saludan a San Pedro, me dio miedo, al inicio no sabía que hacer, aunque sentía un impulso de dirigirme hacia ellas. De la nada llegaron células parecidas a mi, pero, unas cinco veces más grandes, diciendo -ya llegamos los manda más, no se preocupen. Se veían con cara de tener hambre y empezaron a comérselas, escupiéndolas en forma de pequeños palos, eran partes de algo llamado “bacterias”, así fue como descubrí su nombre, las destruyeron hasta que no quedaba ninguna, como llegaron se fueron, mis hermanos les nombraban “los glotones” pero, una plaqueta se despidió de él diciendo, -que le vaya bien señor macrófago. Estaba feliz, espantado, impresionado con muchas emociones al mismo tiempo, pero, aunque entedía un poco más, en realidad no sabía cuál era mi función. Sin esperarlo, el río rojo me llevó de nuevo a un lugar familiar…-espera ..yo estuve aquí, en la médula ósea con mis hermanos.
Había llegado al mismo lugar y casi no hubo curvas, yo seguía a mi hermano mayor, pero él, ni siquiera miró hacia atrás, encontró un mapa en la pared de un hueso y dijo -sería bueno ir a ….mmm..cornetes nasales, así que, repitió en voz alta, -arriba, giró a la derecha, izquierda, derecha, corazón, la arteria carótida, a esta hora hay tráfico así que cortaremos por la subclavia, de nuevo a la izquierda hasta el fondo y por fin mi destino. Sin pensarlo lo seguí.
Luego de unos momentos llegamos a nuestro destino y cuando iba a investigar qué era ese lugar -beep¡¡ beep¡¡ beep¡¡ beep¡¡ beep¡¡ infiltrado detectado¡¡ beep¡¡ todas las cosas rojas empezaron a correr hacia el lado contrario y nos buscaron para protejerlos.
Capítulo 2 : ¿COVI qué?
El enemigo se acerca y se puede ver su extremadamente pequeña silueta, esta vez no tenía miedo, eran más pequeños que las bacterias y con esa corona que tenían, hasta tiernos se veían, de la nada empezaron a gritarnos -¡ya se la saben, núcleos y proteinas¡¡¡, todos nos alertamos, los macrófagos empezaron a tratar de tragar a los enemigos, pero, no pudieron porque eran muchos , después sonó algo en los altavoces -¡tercera protección, liberen a los natural killer!, me sentí aliviado, ese nombre daba tranquilidad, eran transparentes no podían atacar a los nuevos visitantes, eran muy pequeños, no los podía ver, así que por el altavoz dijeron -cuarta protección células T auxiliares, ellos los trataron de detener pero era inútil.
Los COVID-19 (como se decían llamar) empezaron a aderirse a la pared de los pulmones y a las células, todo empezó a salirse de control, mandaron más células inmunitarias de las que necesitábamos, por lo que no podíamos ver lo que hacíamos en medio de esa neblina de enzimas que afectaban a las células infectadas y sanas por igual, hasta que… unas cosas en forma de “Y” aparecieron de la nada y atacaron a las células infectadas perforándolas, pero llegaron muy tarde … los pulmones ya era un territorio perdido.
Capítulo 3 : vacunas
Parecía que todo estaba perdido, que el COVID había ganado. ¿Qué es eso?, detectamos un infiltrado en el hombro, era como el mismo COVID pero sin tantos tatuajes, así que lo fueron a atacar con todas sus fuerzas, era un poco más fácil de combatir era vulnerable, aprendimos con qué arma atacarlo, le llamamos a nuestra arma “anticuerpo” (sugerí el nombre del covidhunter pero nadie me hizo caso).
“¿Y si funciona con los demás?” .. y funcionó, EN REALIDAD FUNCIONÓ, era la criptonita del COVID-19, luego de cinco días el cuerpo empezó a recuperarse y remplazar las células dañadas como si nunca hubiera enfermado, fue entonces que entendí cuál era mi propósito, mi misión. Esto no es el final, perdimos muchas células, seguimos vulnerables, solo ganamos tiempo, prepárense para otras enfermedades, nuestra batalla apenas comienza, pero no estaré solo, somos miles, tal vez millones, aún me falta mucho por aprender solo quiero decir esto: los estaremos esperando… guuiyuiui gevervg
Excelente escrito, ameno y muy educativo.
Interesante, un rompecabezas del cuerpo como entidad saludable y diversa