Por Enrique Gallud Jardiel
(Valencia, 1958)
Comedieta de apariencia superficial, pero que no deja de tener su aquel
Acto primero y principal
(En la casa de las letras castellanas, una habitación normalita, empapelada con papel de florecitas. Llaman a una puerta que hay por la derecha. La letra Q, que está en escena limpiando el polvo de los muebles, se dispone a abrir. Aparece en el umbral la letra W con una maleta.)
W.—(Hablando con marcado acento sajón.) ¡Good morning! ¡Buenas días!
Q.—¿Quién es usted?
W.—Mi nombre es W y yo he venido mirando por mi prima.
Q—¿A su prima?
W.—¿No es letra U que vive aquí?
Q.—¿Que si vive aquí la U? Sí… pero.
W.—Yo he venido a darle una mano a ella, a ayudar a ella, porque ella no puede copar con toda su tarea. Yo tengo una carta de la Academia Real. (Le entrega un papel a la Q, que lo lee con detenimiento.)¿Puedo yo entrar?
Q.—(Convencida por lo que ha leído, pero sin que le haga mucha gracia.) ¡Adelante! (La W entra en escena. La Q se dirige a la puerta de la izquierda y grita.) ¡Chicas! Venid a conocer a una parienta lejana. (Llegan corriendo todas las letras, menos la A, la Z, la I. la U y la V.)
P.—¿Quién es esta?
Q.—(Interrumpiéndole.) ¡Eh, tú! ¡Que aquí la que pregunta siempre soy yo! (Dirigiéndose a la W.) ¿Se va a quedar a vivir aquí, con nosotras?
W.—Sí. Yo quedaré aquí, con mi prima.
Ñ.—¡Nos ha amolao!
W.—(Aparte, a la Q, refiriéndose al comentario de la Ñ.) Yo no he entendido. ¿Ella tiene alguno problema?
Q.—No. Es que habla así porque es la más castiza de todas nosotras. Mire: le voy a presentar. (Señalando a las letras, que están todas juntas, mirando a la W.) Aquí están la C, la D, la F, la G… Bueno, ya las irá conociendo.
W.—Yo soy muy feliz de encontrar a ustedes.
C.—Tanto gusto.
L 1ª y L 2ª.—(Hablando a la vez.) El gusto es nuestro.
Q.—(Aclarando.) Estas son las dos gemelas.
X.—(Dirigiéndose a la W.) Sea usted muy bienvenida.
Q.—(Aparte, a la W.) No hable con esa. (Por la X.) Nosotras no lo hacemos. Y solo la dejamos participar en poquísimas palabras.
W.—¿Y por qué es así?
Q.—Es una letra muy inmoral. Ya le contaré. (La H se acerca a la W y la saluda con un gesto.) Esta es muda, la pobre. No habla nada.
W.—¡Oh, my God! Yo soy muy triste de oír esto.
Q.—(A la J.) Tú, que eres fuerte, anda: dale un grito a la U para que venga, que está aquí su prima.
J.—(Se acerca a la puerta de la izquierda, la abre y grita.) ¡¡¡U!!! ¡¡¡Ven pronto, joroba, que tienes visita!!!
W.—¿Vive alguna otra letra, otra de las que están aquí presentes?
Q.—La Z, pero esa siempre está durmiendo. La I, que ha salido a correr para mantenerse delgada. Y la A, que es quien manda en todas nosotras.
W.—¿Ah, sí? ¿Y por qué ella manda?
Q.—No sé. Creo que porque siempre ha sido la primera. Bueno. Tendremos que pensar dónde la vamos a instalar. ¿No le importará dormir en la habitación de su prima, supongo?
W.—¿A qué tiempo ustedes cenan aquí?
Q.—A las nueve.
W.—La comida, ¿es bueno?
Q.—Sí, bastante. (Señalando a la O.) Mire cómo se ha puesto esa de gorda. (Señalando a la B.) Y esa otra, que parece una P embarazada.
B.— (Enfadada.) Oye, ¡retira eso que has dicho!
Q.—¡Pero si es verdad!
B.—Pues conmigo no te metas, ¿vale? No me insultes, porque te arreo. No te pienses que te tengo miedo porque siempre vayas con la U.
W.—(A la Q.) ¿Por qué ella diciendo eso?
Q.—Nada. Que su prima de usted se pone muchas veces a mi lado y de mi parte.
B.—(A la Q.) Porque eres una letra cobarde, que sin la U no es nadie ni puede hacer nada.
Q.—Lo que pasa es que ella y yo trabajamos en equipo.
W.—Por favor, ustedes no tener que pelear. (Por la izquierda sale la U.)
U.—(Dirigiéndose a la W, muy contenta.) ¡Prima! ¿Cuándo has llegado? (Se abrazan.)
W.—Yo llego un momento antes. (Por la izquierda aparece la A, muy chula, seguida de la V, que se queda medio escondida en la puerta, para que no la vean.)
A.— A ver: ¿dónde está la nueva?
W.—Yo soy.
V.—(Estas inmigrantes son las que vienen a quitarnos el trabajo.)
A.—(Mirándola despectivamente.) Tú, ¿eh? No eres gran cosa. Ni siquiera tu forma es original. Te parecen a la M cuando se cae. (Todas las letras ríen.) ¡Silencio! (A la W.) Sabrás que nos aguantamos con tu presencia porque lo manda la Academia, pero que no nos hace ninguna gracia tenerte aquí.
W.—Yo siempre pienso España era un lugar… ¿cómo es que dicen ustedes en castellano?… ¡ah, sí!, hospital.
Q.—Hospitalario.
A.—Con los turistas es diferente. Pero si vienes a quedarte, ya es otra cosa. No nos gustan los extranjeros.
Ñ.—¡Así se habla, leñe! ¡No queremos guiris!
S.—(A la Ñ.) Bueno, Ñ, no hace falta ponerse grosera.
Ñ.—¡Ya salió la refinada! (A la W.) La S es una pija, que se empeña en aparecer dos veces para hacerse la elegante. (Burlándose de ella, imitando el acento pijo.) «¿Qué passa? No sseáis grosseras, o ssea.»
S.—(A la Ñ.) ¡Ordinaria! ¡Que eres una ordinaria!
W.—Yo no soy culpada si ustedes no gustan letras de un otro país. Yo venir aquí para trabajo y mejor que nos llevamos bien. ¿No creen así?
A.—Ya veremos.
Y.— (Se acerca a la W y le habla aparte.) No te preocupes. Yo soy la I griega y también soy extranjera. Solo que yo llevo ya aquí mucho tiempo. Al principio también estaban todas un poco así conmigo, pero han acabado por aceptarme. Es cuestión de tiempo.
W.—¡Yo soy muy agradecida a usted! Usted es mucho amable.
Q.—(A la W.) Anda, pasa e instálate con tu prima. (Suena el timbre.)
A.—(Malhumorada.) ¿Quién puede ser ahora) (Abre. En el umbral aparece la Ø. Sorpresa en todas.)
Ø.—¡Hola! Soy la Ø (Pronúnciese oe), trabajo el danés y el finlandés y estoy aquí en comisión de servicio.
A.—¡¡¡Eso sí que no!!! (Se abalanzan todas sobre ella y la machacan.)
Ñ.—¡Nos ha amolao!
TELÓN
Enrique Gallud Jardiel (Valencia, 1958) es un escritor y ensayista español. Pertenece a una familia de raigambre literaria, pues es nieto del comediógrafo Enrique Jardiel Poncela e hijo de actores.
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